LA MASONERÍA

   Esta institución tiene como objetivo es impulsar la verdad, el progreso social y el desarrollo moral e intelectual del ser humano a través de las ciencias. No llega a ser una organización secreta, ya que cualquier persona que cumpla los estándares puede entrar en ella; sin embargo, el secretismo de sus procesos internos ha dado pie a teorías conspirativas.

   La masonería en España está estrechamente relacionada con el origen de la masonería o la francmasonería en el mundo, una institución que aún en la actualidad continúa llena de misterios y leyendas. Desde su comienzo fue objeto de persecución por parte de religiones y gobiernos, especialmente por la iglesia católica.

   El origen de los masones en España se basa en varias teorías, entre las que destacan dos,

que colocan los inicios de la masonería en España entre mediados del siglo XVIII y XIX.

   La primera teoría habla de que la primera logia española, local donde los masones celebran todas sus fiestas y reuniones, habría sido la de Madrid, fundada en 1728 y conocida como Logia Matritense, y sería la logia número 50 dependiente de la Gran Logia de Inglaterra.

   Los miembros de esta reunión habrían sido perseguidos por la monarquía, sobre todo a

partir de 1738, con la bula In Eminenti, del papa Clemente XII, que condenaba la práctica de la masonería y exponía a sus miembros a la excomunión.

  La segunda teoría remite a la invasión napoleónica, y propone que las logias masónicas en España habrían sido promovidas por parte de los franceses, para crear condiciones favorables a la invasión. Por eso no es de extrañar que los masones fueron perseguidos tanto por las cortes de Cádiz como por los borbones.

   Estas teorías no se contradicen, y es por eso que como sucede en el resto de masonerías

del mundo, la masonería en España podría haber tenido al menos dos nacimientos.

   Es difícil enumerar todos los artistas, científicos y políticos que han pertenecido a alguna logia dentro del Gran Oriente de Francia algunos ejemplos serían Juan Gris, que se inició en la logia de Voltaire de Gran Oriente, y permaneció en activo hasta su muerte.

   Y, por supuesto, José Bonaparte, que fue nombrado Gran Maestro del Gran Oriente en 1804 y fundador de la Gran Logia Nacional de

España en 1809.

   Puesto a que aún que la masonería en España comenzase en el S. XVIII no fue hasta la llegada de Bonaparte cuando realmente

se asentó en nuestro país.

   Con la caída del Imperio francés en España en el año 1814 y la Restauración, la

francmasonería vuelve a la oscuridad de la que había conseguido salir.

   La Inquisición comienza una persecución como nunca antes se había visto: la mayor parte de los afrancesados masones tuvieron que exiliarse del país. Primero, por haberse puesto de parte de un gobierno extranjero. Y segundo, por propugnar la existencia de un dios, el Gran Arquitecto del Universo, que no era del gusto de la Iglesia católica. Por eso muchos masones se exiliaron en Lisboa,

   Los francmasones tuvieron que esperar más de tres décadas hasta que, en 1868, la

revolución Septembrina bajó del trono a Isabel II y la masonería consiguió la legalización.

Pero esta nunca deja de ser un tema controvertido y que mantiene muchas luchas de poder.

   La Francmasonería se refiere a los “antiguos deberes” y a los fundamentos de la

fraternidad, especialmente al respecto de las tradiciones específicas de la orden, y sobre

todo, a la fidelidad de su jurisdicción. Estos fundamentos constituyen las reglas explícitas e imperativas, que hacen que la Orden sea una Orden y no una entidad asociativa.

  Las reglas son las siguientes, únicamente pueden pertenecer hombres libres y respetables, mayores de edad, que se comprometan a practicar un ideal de paz, de amor y de fraternidad, que tengan una reputación perfecta, gente de honor, leales y discretos, dignos desde todos los puntos, de ser hermanos y que reconozcan los límites del dominio del hombre y el infinito poder del Eterno.

  Buscan a través del perfeccionamiento de sus miembros el de la humanidad entera, por eso se les exige a todos sus miembros la práctica exacta y escrupulosa de los rituales y del simbolismo, estos son medios de acceso al conocimiento por las vías espirituales e

iniciáticas.

   Exige a todos sus miembros el respeto a las ideas y creencias de todos, por eso prohíbe

toda discusión de orden religioso o político, creando una tolerancia y una armonía entre los hombres, que de otra manera, serían extraños los unos a los otros. Cumplen sus

obligaciones sobre el volumen de la ley sagrada.

   Se reúnen en las logias, para trabajar según el ritual, con compromiso y esmero, siguiendo

los reglamentos prescritos por la constitución y los reglamentos generales de la obediencia. Estas reuniones cultivan el amor a la patria, el respeto a las leyes y a las autoridades constituidas.

   Consideran el trabajo como el deber primordial del ser humano y lo honran de todas las formas, tienen comportamiento sabio y digno, a la iluminación de la orden; respetando el secreto masónico, se deben mutuamente, dentro del honor, ayuda y protección fraternal, incluso con peligro de su vida. Practicarán el arte de conservar en todas circunstancias, la calma y el equilibrio indispensables a una perfecta maestría de sí mismos.

  Actualmente en España existen 189 logias activas en las que se reúnen los cerca 4.000

masones españoles según los datos de Pavel Gómez del Castillo, Gran Inspector de la

Gran Logia de España.