AMADEO I DE SABOIA

10.02.2023

    Tras ser llamado por las Cortes y por el general Prim para ocupar el trono español, vacío desde 1868 tras la huida a Francia de Isabel II, el 30 de diciembre de 1870 llega a España Amadeo de Saboya; cuyo padre, Víctor Manuel II, había visto en España la oportunidad de crear una fuerte alianza.

   Sin embargo, el reinado de Amadeo llegaría pronto a su fin. En sus poco más de dos años en el trono consiguió la antipatía de los monárquicos conservadores, los republicanos, los borbónicos y otras instituciones sociales. Tampoco logró ganarse el afecto del pueblo por sus dificultades para aprender el idioma y su carácter reservado.

Empecemos por el principio:

   En 1869 se instaura en España una monarquía democrática y, tras descartar varios candidatos, Prim (general y líder del partido liberal progresista) opta por Amadeo, el segundo hijo del rey italiano que, a pesar de dudar, acepta la propuesta.

   Al llegar a España, su único apoyo había sido asesinado, y él se encontraba solo, perdido y sin hablar el idioma de un país que no quería darle ninguna oportunidad.

   El 2 de enero de 1871 inició su reinado en medio de hostilidades y desconfianza. Los monárquicos conservadores no querían una monarquía liberal, los republicanos no querían monarquía y los borbónicos (los más hostiles al nuevo rey) querían restaurar la dinastía. A parte de esto, se iniciaron una serie de conflictos internos que el monarca, sin apoyo político, no fue capaz de dirigir.

   La rivalidad en el parlamento, las revueltas populares y el inicio de la Tercera Guerra Carlista en 1872 hicieron el reinado de Amadeo prácticamente insostenible y fue esta situación de debilidad la que el presidente del Partido Radical, Ruiz Zorrilla, utilizó para presionar al rey, quien convocó elecciones nuevas. Esta acción fue considerada una falta en los deberes de su cargo por el resto de fuerzas políticas, pues el reino debía actuar en favor de los intereses de ningún partido.

   Los atentados no tardaron en llegar. El 18 de julio Amadeo y su esposa fueron disparados mientras volvían de su paseo por el Retiro, ataque del que lograron salir ilesos. El reino se encerró en el palacio por miedo; siempre había mostradp su valor frente al peligro, y esta vez no era diferente. Al día siguiente volvió al lugar del atentado, donde por primera y última vez recibió el apoyo de sus impresionados súbditos por la muestra de coraje.

   En enero de 1873 el rey perdió su último apoyo, el Partido Radical, y le comunicó a su padre que se planteaba abdicar por las acciones de su ministro Ruiz Zorrilla que, según el monarca, trabajaba a favor de los republicanos para hacer caer a la dinastía. Los oficiales del ejército le ofrecieron su apoyo para disolver las Cortes, pero eso implicaba ir en contra de las garantías constitucionales y Amadeo se negó. Quizá si no se hubiese negado, su reinado hubiese durado; pero lo hizó, y poco tiempo después las Cortes decidieron prescindir del monarca saboyano.

   Un mes después Amadeo se encontraba esperando su almuerzo en un café de Madrid cuando recibió el mensaje que le pedía abandonar el país y él, haciendo honor a su nombre "rey caballero" anuló su pedido y se dirigió a la embajada italiana para escribir su carta de renuncia. Ya había perdido la Corona, así que se dió el lujo de ser completamente sincero:

"Dos largos años ha que ciño la corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fueran extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados, tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agraban y perpetúan los males de la Nación son españoles (...) entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública es imposible atinar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males. Lo he buscado ávidamente dentro de la ley y no lo he hallado. Fuera de la ley no ha de buscarlo quien prometió observarla (...). Estad seguros de que al desprenderme de la Corona no me desprendo del amor a esta España tan noble como desgraciada, y de que no llevo otro pesar que el de no haberme sido posible procurarle todo el bien que mi leal corazón para ella apetecía".

   El propio Ruiz Zorrilla intentó convencer en vano al rey, pero no tuvo éxito, pues Amadeo volvió a su país natal, donde le esperaba el título de duque de Aosta, que le garantizaba una vida más tranquila que la de rey.

   El rey había abdicado y la llegada de la Primera República Española fue inminente, con 258 votos a favor y sólo 28 en contra.

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